Comunicado importante:

“La empresa contratada para el traslado de la carga de la obra “LOS SECUESTRADORES DEL LAGO CHIEMSEE”, ha sufrido el robo del camión que transportaba la escenografía y el vestuario del espectáculo.

De nuevo somos testigos de la fragilidad y vulnerabilidad del teatro y también de la resiliencia y capacidad para sobreponerse ante este tipo de eventualidades.

Lamentamos mucho este imprevisto ajeno a la compañía y al teatro y comunicamos a nuestros espectadores que ante la confianza en la profesionalidad y experiencia del veterano reparto que compone la compañía, la función se hará con la escenografía y los elementos teatrales que el poco tiempo disponible nos ha permitido y no con la escenografía original.”

Presentación

Dirigida por Mario Gas, Los secuestradores del lago Chiemsee cuenta con un elenco formado por Juan Calot, Vicky Peña, Manuel Galiana, Gloria Muñoz, Helio Pedregal y Alberto Iglesias.

Como autor del texto, Alberto Iglesias, expone:

¨Corría el año 2010. En España vivíamos una recesión económica que había comenzado en 2008. Parecía que todo se desmoronaba y que la justicia, lejos de amparar a los necesitados, se posicionaba, una vez más, al lado de los poderes económicos.

Era casi obligado para un dramaturgo acercarse al tema. ¿Pero cómo? ¿teatro social? ¿teatro político? ¿no es todo teatro político y social per se?…

¨Andaba yo en éstas¨, asegura el director de esta obra, Alberto Iglesias, ¨cuando de pronto aparece una noticia en el periódico: “Prisión para cuatro jubilados alemanes por secuestrar a su asesor fiscal”. Guardo la noticia porque intuyo que ahí puede estar la raíz de un texto. La distancia geográfica (podemos mirar lejos para ver lo que tenemos al lado sin que nos perturbe demasiado -un poco a la manera de los clásicos-) y la estructura de los hechos me empujan a escribir. La noticia me sirve como anclaje y punto de partida. Empiezo a darle forma a algunas ideas:

Todo lo ahorrado fue invertido y todo lo invertido se perdió en el vertedero del mercado. Han pateado sus sueños. Un robo amparado en la crisis del mercado. Denuncian. La justicia les da la espalda. Su asesor fiscal se desentiende. Pero ellos no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados. Planean un secuestro. Quieren recuperar lo que es suyo. No son más que unos aficionados. Pero saben que la tortura es un poderoso argumento. Y que la violencia ha venido funcionando a lo largo de la historia. Tienen tiempo y un plan para recuperar lo perdido. Tienen sopa caliente y un zulo preparado…

Los personajes empiezan a vivir en las páginas y percibo que detrás de ellos hay más de lo que pensaba, un mundo rico en matices que crece y alimenta las escenas y los diálogos: sueños rotos, paso del tiempo, memoria dañada, amor, secretos, delirio, humor, amistad…incluso unas pizcas de esperpento. Jugosos materiales para construir esta historia pensando en la escena.

Los secuestradores del lago Chiemsee aspira a ser un divertimento con cierto poso amargo, una comedia negra, porque no puedo dejar de pensar que, como tan bien lo expresaba Ionesco, “Lo cómico es trágico y la tragedia del hombre risible”.